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¿Cómo afectan las emociones en la memoria?



Haz el ejercicio de intentar qué momentos de tu vida recuerdas con mayor vividez. Esos momentos en los que aún años después podrías narrar la historia con lujo de detalles sin omitir o cambiar información relevante. Seguramente esa historia es una que está cargada de un gran contenido emocional para ti. Si intentas revivir ese momento, es probable que recuerdes cómo te sentías, y que haya sido una emoción fuerte, bien sea una gran alegría como el día de tu boda, el nacimiento de un hijo, o el haber logrado un triunfo importante; de tristeza como la partida de un ser querido; o de miedo o rabia como algún evento traumático o violento.



Esta tendencia es muy notoria en las autobiografías, donde el nivel de detalle con que se narran eventos cargados de emotividad es mucho mayor al de otros acontecimientos, que aunque pudieron ser importantes, en su momento no representaron sobresaltos emocionales para los autores. Habiendo evidenciado esto, numerosos científicos han intentado estudiar la correlación que existe entre la actividad emocional y la capacidad de retentiva de memoria que tenemos. ¿A qué han llegado?






En neurología, se ha detectado que el cerebro tiene partes o etapas de acuerdo a su evolución. Así el complejo reptiliano (el más primitivo de todos) se encarga de regular las funciones vitales y asuntos de supervivencia del humano y los animales; el sistema límbico es un poco más evolucionado y regula las respuestas fisiológicas ante determinados estímulos, allí se encuentran los instintos y emociones propios de los humanos; y, por último, el más evolucionado de todos es el neo córtex, el cerebro racional, capaz de proporcionar recuerdos, conocimientos y habilidades racionales.


Sin embargo, se ha descubierto que, aunque el sistema límbico y el neo córtex parecen elementos separados, tienen relaciones muy estrechas. En particular, una excitación del sistema límbico (una emoción fuerte) envía una señal al neocortex de ponerse en estado de alerta, de tal manera que tiene una mayor retentiva a lo que va a pasar (Esta relación fue mencionada entre otros por Daniel Goleman en “La inteligencia emocional”). Es decir que cabe esperar, que como en el ejercicio propuesto, una persona pueda recordar con mayor detalle un evento en que tuvo una carga emocional fuerte.Esta relación ha sido puesta a prueba numerosas veces en estudios que han comprobado que la estimulación emocional mejora el nivel de atención y la capacidad de decodificar mensajes en el cerebro, además que los recuerdos que se producen son más duraderos y explícitos.


Esta es una información muy poderosa para ser usada tanto en el mundo de la educación como en el mundo corporativo. En ambos casos sugiere que una explicación magistral en un tablero o con una presentación de diapositivas no sea tal vez la mejor manera de capacitar o motivar a un grupo de personas en un tema particular. En cambio, invita a encontrar nuevas maneras creativas de transmitir mensajes, entrenar, capacitar y motivar, buscando que la forma en que se entrega el mensaje despierte emociones en quienes lo reciben, para así gozar de una mayor atención, interiorización y retentiva.

*Imágenes tomadas de internet

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